Y en aquel banco de madera, en frente a la hermosa orilla del río, yo sentada, con mi forma tan peculiar de poner la pierna cruzada y luego la otra por encima. Esperándote. Eran las 17:01.. y no llegabas... Me lo prometiste.. ¿Por qué? Sé que siempre llegas con retraso, pero esa vez me lo prometiste y allí no estabas. Pasaban las horas 18:00.. 19:00.. y no pude más, me cogí mi bolso y me fui.
Por la noche, en mi habitación. Estuve pensando en lo que me habías hecho.. ¿Cómo pudiste? Te amo.. me amas.. ¿y así me lo demuestras? Agarré a mi cocodrilo Dum, y me lo estrujé en mi cara llena de gotas de agua, que me corrían por toda la cara, bajaban hasta mis labios, una de ellas sabía a sal, me las sequé con las manos. Estaba deprimida, muy deprimida, pero eso no acabaría con todo lo feliz que yo soy. Al día siguiente se lo conté a mis amigas, y me apoyaron en todo, y me sacaron una de esas sonrisas que ellas saben sacar. Ellas son mi vida, así que te doy un consejo:
"No dejes que la tristeza se apodere de tí,
y como dice la típica frase:
Don't worry, be happy."
Estaba leyendo la entrada con la canción de My love, de Westlife, y la verdad es que queda genial.
ResponderEliminarEsas amigas que saben sacar una sonrisa en los peores momentos son las verdaderas amigas.
Precioso relato :)
Un beso.
Amo tu blog, es genial, y el de Alice otro igual. Los amo.
ResponderEliminarY también me encanta como escribes , sigue así Chloe, un besote para todas las bloggeras.